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Los ambientes ordenados ayudan a pensar mejor.

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Un estudio señala que, por el contrario, los ambientes caóticos consiguen hacernos menos reflexivos ¿Qué factores nos ayudan a tomar decisiones informadas, reflexionadas y responsables? Según un nuevo estudio, el orden de un contexto logra ayudarnos. Por el contrario, el caos y el azar de los ambientes provocarían justo el efecto contrario: cuando el mundo nos parece aleatorio, para el pensamiento no tiene sentido reflexionar sobre qué hacer para obtener mejores resultados.

¿Qué factores colaboran a tomar decisiones informadas, reflexionadas y responsables? Una nueva investigación de la Universidad de Cincinnati (EEUU) ha explorado cómo la estructuración o el caos de los entornos influye en nuestra toma de decisiones. Sus resultados señalan que el vivir en entornos más caóticos puede hacer que tomemos decisiones sin reflexionar. En el estudio se ejecutaron tres experimentos, con el objetivo de averiguar si existe una correlación causal entre el ambiente y la toma de decisiones, explica el investigador principal del trabajo, Ryan Rahinel.

En el primer experimento, 94 estudiantes universitarios realizaron una tarea de 15 minutos de duración que consistía en completar frases. A todos se les dieron 16 sistemas de cinco palabras para que formasen oraciones con cuatro de las palabras de algunos de dichos sistemas, que incluían términos y expresiones como «caótico, al azar o el azar” u otras como «sistemático, patrón u orden».

Después de esta tarea, a los participantes se les pidió que eligieran algo que les gustaría hacer en los próximos minutos, como comprobar su correo electrónico o hacer algún trabajo. Se constató así que aquellas personas que habían hecho frases con aquellas palabras de los sistemas  que evocaban ‘estructura’ (como sistemático o patrón) dedicaron más tiempo que el resto a tomar su decisión.

El orden llama al orden

 

En un segundo experimento, 92 estudiantes universitarios leyeron artículos acerca de árboles, antes de completar otra tarea. Algunos de ellos leyeron un artículo que indicaba de árboles que crecían de una manera muy modelada y ordenada. Otro subgrupo leyó un artículo que daba a entender que los árboles crecen muy al azar, y que no hay patrón subyacente que permita determinar cómo crecen.

En ambos artículos, sin embargo, sí se explicaba que el crecimiento –aleatorio u ordenado de los árboles- era ‘muy bonito’, explica Rahinel. Así que ninguna de las presentaciones resultaba más favorecedora que la otra.

En seguida de leer estos artículos, a los estudiantes se les asignó la tarea de elegir hipotéticamente entre seis pequeños regalos, como un llavero LED  o un kit de herramientas, entre otros. Una vez concebida su elección, se les preguntó cuánto habían reflexionado su  elección.

Rahinel señala que, de nuevo, fue las personas que habían leído el artículo sobre árboles que crecían de manera muy modelada y sistemática informaron haber reflexionado más sobre la elección de su regalo que los estudiantes que habían leído el artículo sobre árboles que crecen al azar.

En un tercer y último experimento, los investigadores crearon dos anuncios de palomitas de maíz. Una de las marcas mostradas tenía muy buenos atributos pero estaba presentada por un personaje desconocido. El otro anuncio mostraba una marca de palomitas con atributos peores, pero presentada por un famoso: el actor George Clooney.

Los anuncios fueron presentados a los participantes, de nuevo después de que estos hubiesen leído uno u otro artículo sobre los árboles. La mayoría de los estudiantes que habían leído el artículo sobre árboles que crecen siguiendo un patrón aleatorio eligió las palomitas de maíz con menos atributos positivos, pero presentadas por George Clooney. Por el contrario, la mayoría de personas que habían leído el artículo sobre los árboles que crecen de manera estructurada eligieron las palomitas del otro anuncio.

Entorno elaborado, pensamiento elaborado ¿Por qué sucede esto? Según los investigadores, si nuestro entorno se estructura de acuerdo a relaciones, podemos aprovechar estas relaciones para, a través de una cuidadosa reflexión, tomar mejores decisiones, casi de la misma manera que seguimos estrategias en juegos basados ​​en ciertas normas.

En cambio, cuando el mundo nos parece aleatorio, para el pensamiento no tiene sentido reflexionar sobre qué hacer para obtener mejores o peores resultados. Simplemente, las cosas se van a dar por azar.

Según los investigadores, estos resultados respaldan los de investigaciones previas, que habían señalado  que los ambientes caóticos, no estructurados (como los que puede provocar la pobreza) contribuyen a que la gente reflexione menos a la hora de tomar decisiones y, con ello, a que se perpetúen sus problemas.

«En general, estos hallazgos apuntan a la importancia de la estructura y el ambiente en general en la conformación de elaboraciones mentales», concluyen.

 

Referencia bibliográfica:

Ryan Rahinel et al. On incidental catalysts of elaboration: Reminders of environmental structure promote effortful thought. Journal of Experimental Social Psychology (2016). DOI: 10.1016/j.jesp.2016.01.001.

 

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