El grupo de investigación de Vicente Rubio en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) ha desarrollado un sistema para que las plantas se protejan del estrés hídrico o de nutrientes sin perder capacidad de crecimiento. Para ello, han estudiado el papel de la proteína ubiquitina.
EL grupo de investigación de Vicente Rubio, en el Departamento de Genética Molecular de Plantas del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-Consejo Superior de Investigaciones Científicas) estudia el papel de la proteína ubiquitina en el control del crecimiento de las plantas y su tolerancia al estrés ambiental (carencia de nutrientes, o estrés hídrico: sequía, alta salinidad, temperatura extrema). La ubiquitina (o ubicuitina) es una pequeña proteína reguladora que ha sido encontrada en la mayoría de los tejidos de los organismos eucariotas. Una de sus muchas funciones es dirigir el reciclaje de proteínas.
La ubiquitina puede asociarse a proteínas y marcarlas para su destrucción. El marcaje de ubiquitina dirige las proteínas al proteosoma, que es un gran complejo de proteínas que se encuentra en la célula y que degrada y recicla proteínas innecesarias.
Rubio explica que las respuestas adaptativas de las plantas al estrés «le permiten protegerse a la espera de condiciones de crecimiento óptimas, pero a la vez limitan el propio desarrollo de la planta, perjudicando la productividad de las cosechas». El grupo de Rubio en el CNB ha desarrollado una invención ya licenciada que permite modular los mecanismos que regulan estas respuestas, permitiendo a las plantas germinar, crecer y desarrollarse bajo condiciones de estrés moderado sin que se ponga en peligro su supervivencia.
Ácido abscísico
Los investigadores han analizado en concreto situaciones de estrés mediadas por el ácido abscísico, una fitohormona con importantes funciones en la fisiología de las plantas. Fue descubierto a principios de la década de 1960. Las funciones básicas de la ubiquitina y los componentes de la vía de la ubiquitinización fueron aclaradas por Aaron Ciechanover, Avram Hershko y Irwin Rose en la década de 1980, y recibieron por ello el premio Nobel de Química en 2004.
Otro grupo del CNB, el de Roberto Solano, estudia los mecanismos moleculares de las plantas para defenderse delestrés provocado por patógenos, analizando el funcionamiento de la hormona jasmonato. El CNB-CSIC es uno de los centros de investigación participantes en el evento Global ImasT, cuya edición de este año se celebrará en noviembre.